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Piel Sensible

Piel Sensible

En esta época del año suele ser habitual que nuestra piel se reseque y que a las personas que tienen la piel algo más delicada, les afloren problemas típicos de la piel sensible.

Para saber cómo tratar nuestra piel ante este problema debemos conocer primero, qué es y a qué se debe esta alteración.

La piel sensible es una reacción fuerte a algún factor, sea del ámbito que sea y que favorece la sensibilidad excesiva. Da igual cual sea el tipo de piel que tenemos, la reacción siempre será fuerte. Tras la reacción debemos identificar cual es la causa de dicho efecto en nuestra piel.

Podemos clasificar la sensibilidad de cada tipo de piel en:

La piel sensible natural: su piel es fina, clara, a veces un poco seca, se descama en superficie y enrojece fácilmente (puede ser el principio de una cuperosis).

La piel sensible reactiva: el frío, el sol, el viento, los cuidados de higiene inadecuados, estropean nuestra piel. Un peeling, una intervención laser, pueden ocasionar que su piel reaccione activamente.

La piel ocasionalmente sensible: una afección cutánea, tal como una dermatitis seborreica, el acné, la rosácea, así como otras muchas situaciones activan la sensibilidad de su piel.

Pero esta sensibilidad, ¿le afecta a todos los tipos de piel de la misma forma?

La respuesta es clara, no. Cada tipo de piel tiene su tipo de sensibilidad:

Piel deshidratada: tirante y con sensación de malestar.

Piel seca y muy seca: pérdida de las funciones protectoras, aparición de arrugas.

Piel mixta o grasa: pequeñas zonas brillantes, sobre las aletas de la nariz, en lo alto de los pómulos....

Piel sensible al entorno: reacciona inmediatamente a la menor contrariedad.

A pesar de esto no debemos confundir Sensibilidad con Sensibilización.

La sensibilidad o intolerancia es una cuestión de gradación. Hay que saber distinguir entre pieles sensibles y pieles sensibilizadas ya que puede llegar a estar en juego nuestra salud.

Piel sensible: tirantez, picazón. La piel reacciona de forma excesiva al viento, al frío, al uso de productos inadecuados, a una limpieza muy enérgica o a las aguas de gran dureza.

A veces, esta sensibilidad es exagerada, la piel no se calma con ninguno de los productos hidratantes utilizados habitualmente. No soporta nada. Se transforma en alérgica. Desde ese momento nuestra piel pica, está tirante, presenta rojeces, se descama...

Piel sensibilizada: ciertas intolerancias a productos de higiene de uso diario, producen verdaderas alergias y son responsables de la aparición de un eccema o urticaria. Consulte a su médico para que averigüe la causa de esta alergia.

Para combatir los problemas que hemos descrito anteriormente debemos apostar por productos lo mas naturales posibles. 

La Caléndula, la Avena con Coco y la Manteca de Karité son productos que están especialmente indicados para este tipo de problema.

Todo estos componentes nos los podemos aplicar en el formato que deseemos o que más nos guste (jabón artesano, aceites, cremas naturales hechas a mano...)

La Manteca de Karité es un buenísimo regenerador celular y que, por su composición, nos llenan de minerales y vitaminas. Contiene muchas vitamina, es muy rica en vitaminas A y E. Estas vitaminas nos ayudan a equilibrar, hidratar y calmar la piel. Otras vitaminas que contiene son la D y F que revitaliza tanto pelo como piel. Consigue que tanto después del afeitado cómo del depilado baje toda la irritación de manera casi instantánea. En definitiva, tiene varias funciones y todas orientadas a las pieles sensibles.

La Caléndula es la más conocida de estas plantas. Está muy muy recomendada en casos de quemaduras, acné, dermatitis atópica, irritaciones, psoriasis, ampollas, labios resecos, hematomas, dolores reumáticos, manchas de sol.... ¡¡cómo será que incluso algunos médicos la recomiendan para combatir los trastornos de la menstruación!!

Y quizá lo más desconocido de estos productos de los que estamos hablando sea la combinación de Avena y Coco que, además de evitar el envejecimiento prematuro, es un potentísimo regenerador. El aceite de coco es mundialmente conocido por su capacidad regenerante. De la avena se puede decir algo parecido, tiene una poderosa acción limpiadora además de cuidar la estructura de la piel y mantener el equilibrio del PH. Previene la deshidratación, elimina las células muertas y las impurezas y tiene una acción calmante para combatir las irritaciones. Imagínate lo que pueden ser estos dos componentes (Avena y Coco) juntos. Es uno de los tratamientos más completos para nuestra piel.

Esperamos haber conseguido aclarar los motivos que producen esta alteración y os animamos a registros en nuestra página y seguirnos en nuestras RRSS para seguir informados.

Saludos y hasta pronto!!!

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